viernes, 5 de febrero de 2010

"CAP. 15" (accidente)

Vuelvo a la sala del doctor con mi pócima mágica en las manos y me dice que me siente y espere cinco minutos, se va a la otra habitación y escucho decirle a otro paciente: ¿está usted preparado? Sí. Empieza a inyectarle y que gritos pegaba, yo no sabía si esperarme ó salir corriendo. Vuelve a mi sala y me gasta un par de bromas (claro con la cara de susto que tendría) mientras carga la jeringuilla. Yo estaba que ni respiraba pero me propuse no dar ni un solo grito. Me metió esa gran aguja en el hombro y cuando empezó a entrar el liquido creí que me desmayaba ¡qué dolor más grande!, era insoportable, no grité pero las lágrimas no paraban de caer y parecía que no acabaría nunca. Al fin terminó y me esperé acostada en una camilla. Ahora quedaba ver como iba a evolucionar la pócima mágica y mientras tanto tenía que seguir con la rehabilitación.

3 comentarios:

  1. De esa pócima mágica he escuchado que es peligrosa y poco efectiva, pero aprovechan para la gente que ya tiene pocas esperanzas. Anda que aprovecharse de la esperanza de uno, ya les vale, es penoso...

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  2. Que valiente y que fuerte eres para soportar tanta dolencia. Al lado de esto llevar una serpiente colgada en el hombro, para ti debe de ser un paseo. No sabes cuanto te admiro por tu corage y tu valentia. Eres un ejemplo a seguir para mucha gente.

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  3. No soy valiente, lo que pasa que no había otro remedio, asi que tuve que hacerlo, aunque no me hizo nada, pero como te lo pintan todo de color de rosa...

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