viernes, 24 de enero de 2025

"EL AMOR PERRUNO DE MI VIDA"

¿A vosotros no os ha pasado que viendo una película, ha salido algo que habéis dicho.... Eso lo quiero yo? Pues así comienza mi historia, viendo una peli de Huskies siberianos tirando de los trineos. 
Jamás había visto un perro tan precioso y siempre estaba diciéndole a mi padre.... Papá, trae un perro como esos!!! Aunque en el fondo, aquello era imposible porque una familia pobre no se puede permitir un lujo así, además, él ha sido siempre fan del Pastor Alemán.
Un día llego a casa y veo un animalillo correteando alrededor de la casa, abro la puerta de la verja y al entrar y verme, se queda parado mirándome, con esas orejillas tan pequeñas y tan tiesas. No lo podía creer!!! El corazón se me puso a mil y con lo loquica que estoy, lo único que se me ocurrió hacer, fue dar un grito de alegría, y el pobre animal salió disparado y no lo encontraba por ningún sitio.
Qué bonicoooooooo!!! No podía parar de mirarlo, porque claro, cuando me veía acercarme, salía corriendo.
Mi padre nunca me dijo como lo consiguió pero siempre he pensado que hizo algún arreglo en alguna casa (porque es mecánico de electrodomésticos) y seguramente el hombre no pudo pagarle y le regaló el perro, porque otra cosa no pudo ser.
Nanú se llamará, así le pusimos. Yo era la persona más feliz del mundo con esa preciosidad a mi lado. He de reconocer que era muy independiente y no hacía caso a nada (lógico, un maromo así, se lo podía tener creído con razón), tampoco ladraba (cosa que me chocaba mucho), lo único que hacía por las noches era aullar algunas veces y se te ponían los pelos de punta.
Un día, bañándolo, mi padre le notó un bulto en la cabeza. Lo llevó al veterinario y dijo que había que operar. Madre mía!!! De dónde íbamos a sacar para eso??? Pues lo hicimos, se operó y todo salió bien, pero al poco tiempo, le apareció otro en la pata. Yo le dije a mi padre que esta vez no se le hiciera sufrir más, pero él se empeñó en operarlo. El veterinario no me dio la razón y dijo que no pasaría nada pero algo me decía que este viaje no iba a salir bien. Ya no era por el dinero que no teníamos, sino porque no quería que padeciera. Lo operó y había que curarlo todos los días, el pobre iba casi cojo y yo no lo podía ver así, poco pudo aguantar, la pata se le puso peor y al final hubo que pincharle. Qué dolor más grande, llorando estoy ahora mismo de acordarme. Pobretico!!!
Ha sido el amigo más noble que he tenido jamás. Me ha costado escribir esto, pero quería enseñaros como era:

1. Aquí fue cuando todavía era joven.

2. Su ojo marrón.

3. Su ojo azúl.

4. Aquí me estaba mirando cuando me ponía hablar con él.

5. Vigilando la casa.

6. Guardando la casa.

7. Con su patica vendada.

8. Todos juegan con pelotas y él con su tronco favorito (tan bruto como yo).


Dónde quiera que estés, ya sabes lo mucho que te quiero y lo que te echo de menos. Esta entrada te la dedico con todo mi corazón.



4 comentarios:

  1. La historia es triste, pero es ley de vida.
    Yo tambien tuve a mi gatita Rufa(fijaté si la quise, que puse su nombre al blog), tuvimos que operarla, pues tenía cáncer de mama y la tuvimos que operar. Te voy a decir que duró un mes...al final murió.
    Por lo tanto te entiendo. No te he contado todo el proceso...porque es de pena.
    Querida amiga, algo nos une. Tu perrito y mi gatita.
    Un beso.

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  2. Me has emocionado con esta historia.
    Era muy hermoso y siempre lo recordarás con mucho cariño
    Besitos

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  3. Yo también tuve un amor perruno. Un beso

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  4. Pasar por la operación del perro de la familia es un drama, los animales de compañia acaban haciendo llorar por sus características su vida es mas corta que la de los dueños y hay que pasar por esa perdida. pero pudiste tenerlo y disfrutarlo. Un abrazo

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