¡QUE DISPARATE!

Esta mañana tenía que ir hacer un recado, así que me fui a la parada del bus a las 8:20. Había un hombre sentando esperando también, y me ha dicho: hasta las 8:40 no viene, le he contestado: pues a esperar toca. Se le notaba que tenía ganas de charla, me ha estado hablando: del tiempo, del tabaco..., y yo le contestaba. A las 8:45 llega el bus, nos montamos y él se queda charlando con el chófer y yo me voy al final. Ibamos los dos al Barrio, nos hemos bajado y me ha dicho adiós. He hecho todo lo que tenía que hacer y he vuelto a las 13:30. Me pongo en el semáforo del paso de peatones para cruzar, y resulta que el hombre estaba también enfrente esperando. Se pone en verde y cruzo, pero él, se espera a que llegue yo. Sonríe y dice: ¿ya has vuelto? contesto: sí, entonces va y me suelta: ¿puedo hacerte una proposición? y digo: ¿cómo? (esto no me estaba sonando nada bien). Me explica: yo soy viudo y tengo un ático nuevo, grande y precioso para mí solo, dispongo de mucho dinero y una buena paga, ¿te vienes conmigo a vivir? ¡Virgen del Pompiyo seco!. Yo pensaba que estaba de guasa, y le digo: vaya bromicas gasta usted. Me responde: no es ninguna broma, te lo digo enserio, conmigo no te faltaría de nada. ¡Ave Mª purisima!. Me he puesto para que me diera algo, hasta tal punto que le he soltado la trola de que estoy casada y tengo mellizos. ¡Vamos, vamos!. Señorcico: ¿es que todo me tiene que pasar a mí?. Encima va y me suelta: pues nada, es una pena, y le digo: adiós. Manda huevos, la gente como está de pirada.