Consiste en utilizar un instrumento caliente (plancha) para eliminar arrugas de las prendas lavadas. Cuando era pequeña, estaba una tarde viendo la película de las 4h de la primera cadena. Recuerdo que acababa de empezar, y mi abueli se puso a planchar. A mí, me encantaba ayudarla en todo, así que le dije: siéntate y descansa que yo plancharé. ¿A quién se le ocurre planchar mirando la tele? Pues a una cateta como yo. Me quedé atontada observando la película y sin darme cuenta me quemé con la plancha. ¡Ahí señor! ¡Qué dolor más grande! Todavía me acuerdo, es una sensación indescriptible. Desde entonces no había planchado (hacía más de 20 años). Ayer lo intenté porque pensé que practicando se me iría el miedo, pero no fue así. La mente es demasiado sabia como para olvidar esas cosas. Tendré que seguir intentándolo, pero solamente cuando sea alguna urgencia como fue lo de ayer, sino, no toco una plancha ni harta de vino.
Aún así, la plancha pa quien la quiera, yo la odio, por eso no tengo ropa que se planche, excepto ahora que es de fuerza mayor, pero si encima le sumas eso, peor todavía.
ResponderEliminarYo tampoco me compro ropa para planchar. No tengo ni una camisa.
ResponderEliminaracaso no has leido las instruccines? pone, cuidado, no tocar la parte plana metalica inferior cuando este en funcionamiento, riesgo de quemaduras que te acuerdas de ellas a los 20 años, bueno, poco a poco, y si no cuando acabes este curso te apuntas a uno de plancha, ya no se cual mas te faltara hacer..
ResponderEliminarNunca leo las instrucciones, me aburre mucho tanta letra. No, a ese de plancha seguro que no me apunto, la plancha para las planchadoras, para mí otras cosas más interesantes.
ResponderEliminar