Esta mañana a las 8, he ido a rehabilitación para el pie a Santa Rosa, y al pasar por la Glorieta San Vicente, me quedo mirando un banco y veo a una persona acostada y tapada entera. Por el calzado he deducido que era un hombre, porque no se le veía nada más. Su colchón y manta eran unos cartones y su almohada una mochila vieja. Se me han saltado las lágrimas al ver a ese pobre hombre así. Hacía un frío que cortaba la respiración y esta noche pasada habrá sido de miedo. Este blog va dedicado a toda esa pobre gente que no tienen nada, que no se quejan, no son envidiosos, y con cualquier cosa se conforman. La vida da muchas vueltas y no sabemos como acabaremos los demás. Tenemos que aprender a ser más humildes, y a dar gracias todos los días por lo que tenemos, que nunca estamos contentos con nada. Somos demasiado egoístas.
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Este blog lo has clavao, es la verdad, nos quejamos de vicio. El otro día vi a un vagabundo. Era la primera vez que veía uno por aquí y me dio muchísima pena. Va por ellos.
ResponderEliminarEs que es normal que se diga una verdad como un templo y no se clave. Va por ellos¡¡¡
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